«Alrededor de las Montañas Mágicas… El Conejo Blanco… Historias de mi infancia»
حول الجبال السحرية.. الأرنب الابيض.. قصص من طفولتي
قصة بقلم الشاعر والمؤرخ الأمريكي
( نيستور الفارادو)
ترجمة للغة العربية/ بقلم معالج نفسي السيده /(رودينا شريف)
Un relato del poeta e historiador estadounidense( Nestor Alvarado)
, traducido al árabe por la psicoterapeuta
(Roadina Sherif).
الأرنب الأبيض
كان جميلاً، أبيض بشكل لا يصدق وعيناه حمراء قانية. نظراته شلت حركتي وقلبي كان يدق مثل حصان جامح. ربما كانت الساعة الثامنة صباحًا في يوم من أيام الصيف وأبي كان قد أرسلني لأرعى بعض الأبقار في فايانديل (هكذا يسمى هذا القطاع، الذي ينتمي إلى سان فيرناندو).
كما هو الحال دائمًا، كنت أمشي ببطء شديد، حاملاً على ظهري كل ثقل العالم. كنت دائمًا أمشي ببطء وصعود المنحدر بعد عبور النهر الجميل كان عذابًا حقيقيًا. ربما كان عمري لا يتجاوز 10 سنوات في ذلك الوقت، لكن والدي كانا دائمًا يعطيانني مسؤوليات ويجب علي أن أنفذها بكل دقة. معظم الأطفال في عمري كانوا يحترمون قواعد وأوامر الوالدين في تلك الأيام.
كنت أمشي وأمشي، أتسلق المنحدر ببطء، لكن أفكاري كانت بعيدة جدًا عن جسدي أو عن الأبقار التي كانت تنتظر وصولي. المنظر الجميل، البرّي، الأخضر، مع صوت النهر الجميل، كان يخرجني من أحلامي من حين لآخر. أحيانًا كان صوت نقر طائر نقار الخشب ذي الصدر الأحمر والرأس الأصفر على الشجرة يجعلني أعود إلى الواقع. وأحيانًا كان صوت غناء أو طيران طائر أزرق (طائر أزرق بالكامل) يجعلني أفكر أن السماء ستمطر. هذا ما كانوا يعلمونني إياه.
كنت أمشي وأمشي، بدون رغبة في المشي، وكان هذا هو حلمي، لأنني كنت أستطيع أن أشم كل روائح النباتات التي كانت تنمو في كل مكان. كل نبتة لها رائحة مختلفة وأنا كنت أستطيع التعرف عليها بسهولة، حتى في الظلام. وماذا أقول عن مئات الزهور، البروميلاد (هويكوندوس) والزنبق الأصفر ذي الحواف الأرجوانية التي كانت تشبه الحلويات اللذيذة، لكنها كانت تتدلى أو تتعلق على الأشجار مثل الثعابين غير الضارة.
أخيرًا، وصلت إلى مزرعتنا بعد جهد كبير. لكن كان لا يزال علي أن أمشي أكثر، لأن الحيوانات كانت في الجزء العالي من المزرعة. باضطرار، واصلت الصعود والصعود على الطريق الضيق. عندما وصلت إلى الصخرة التي تظهر في الصور، سمعت صوتًا مختلفًا، جعلني أعود إلى الواقع، أو أذهب إلى الخيال. أرنب أبيض، أبيض مثل الثلج، كان يسقط أو يقفز من أعلى الصخرة. سقط الحيوان على قدميه، سليمًا. كنت على بعد حوالي 15 مترًا من الحيوان. نظرنا إلى بعضنا البعض لجزء من الثانية. عيناه الحمراء، لن أنساهما أبدًا. كنت مشلولًا والحيوان أيضًا. الحيوان رد بسرعة أكبر مني وبدأ يهرب من حضوري بجرية سريعة. لم أستطع رؤية أذنيه الطويلتين تختفيان في الغابة القريبة.
الشيء الغريب في هذه القصة هو أنه لم يكن هناك أرانب بيضاء في تلك الجبال. كان من الممكن رؤية الأرانب البرية من حين لآخر، لكن أرنبًا أبيض، هذا كان غير طبيعي، لأن أحدًا لم يرى أرنبًا أبيض حول تلك الجبال السحرية حتى هذا اليوم. الأسوأ، أو الأفضل، هو أنه حتى هذا اليوم، لا أحد يصدق قصة لقائي مع الأرنب الأبيض.
✨✨✨✨✨✨
الإسبانية
العربية
EL CONEJO BLANCO
Era bello, increíblemente blanco y sus ojos de un
rojo intenso. Su mirada, me paralizó y mi
corazón palpitaba como caballo desbocado.
Serían tal vez las ocho de la mañana de un día
de verano y mi padre me había mandado a
atender unas cuantas vaquillas en Vayandel (así
se llama ese sector, perteneciente a San
Fernando).
Como siempre, yo iba caminando con toda la
pereza del mundo cargando an mis espaldas.
Siempre caminaba lento y subir la cuesta
después de pasar el hermoso río, era una
verdadera tortura infantil.
Debía haber tenido no más de 10 años en esa
época, pero nuestros padres siempre, siempre
nos daban responsabilidades y que teníamos
que cumplir a carta cabal.
Bueno, la mayoría de niños de mi edad,
respetaban las reglas y órdenes de los padres de
aquellas épocas de lejana infancia. Las órdenes
paternas, eran sagradas. Puesto, que si no se
obedecían, eran un “pecado” muy grave y Dios
castigaba severamente al desobediente niño.
Eso, era lo que ponían en nuestra psiquis y
subconsciente infantil. Nos enseñaron, que Dios
si perdonaba al pequeño bandido, si solamente,
iba a “confesar” sus graves faltas con el cura
(sacerdote?) del pueblo; especialmente durante
la Semana Santa.
Aunque, mis padres me obligaban a ir a misa y a
confesar mis graves faltas, el peso de mi pereza
sobre mis espaldas, era más fuerte que la ira de
Dios que desde el azul del cielo me miraba con
ojos furibundos. Por lo tanto, luego del sermón y
de la confesión, siempre volvia, a la misma
rutina.
Aquella mañana caminaba y caminaba, subía la
cuesta a cuenta gotas, pero mis pensamientos
estaban muy lejos de mi cuerpo o de las
vaquillas que esperaban hambrientas por mi
llegada.
El panorama tan bello, tan agreste, tan verde con
el sonido de esos hermosos ríos, me sacaban de
vez en cuando de mi ensimismamiento. A veces
el toc, toc,toc de un pájaro carpintero de pecho
rojizo y cresta amarilla pegado a un árbol, me
hacia reaccionar momentáneamente. Y a veces,
también, el cantar o el inusitado volar de un
“azulejo” (pájaro completamente azul), me hacia
pensar, que iba a llover. Bueno, eso era lo que
me habían enseñando.
Caminar y caminar, sin ganas de andar, era mi
delirio, porque me permitia respirar todos los
aromas de las plantas que crecían por doquier.
Cada planta, tenia un aroma diferente y yo podía
identificarlas muy fácilmente, incluso, en la
oscuridad. Y que decir de los cientos de flores,
las bromeliads (huicundos) y esas orquídeas
amarillas, con bordes morados y que parecian
pasteles apetitosos, pero que se colgaban o se
entrelazaban en los árboles como serpientes
inofensivas.
Finalmente, aquella mañana, logré llegar a
nuestra propiedad con mucho esfuerzo. Pero
aún tenía que caminar más, porque, los
animales estaban en la parte alta de la
propiedad. Con resignación forzada, seguí
subiendo y subiendo por el estrecho caminito.
Justo al llegar al frente de la roca que se
muestra en las fotos, un ruido diferente, me hizo
volver a la realidad, o me llevó a la fantasía. Un
conejo blanco, blanco como la nieve, caía o
saltaba desde lo alto de la roca. El animal cayó
de pie, ileso. Yo estaba como a 15 metros de
distancia del roedor. Nos miramos por fracción
de segundos. Sus ojos rojos, no los olvido
jamás. Yo me quedé paralizado y el conejo
también. El animal reaccionó mas rápido que yo
y emprendió la fuga de mi presencia con una
veloz carrera. Yo solo pude divisar sus largas
orejas perdiéndose en el cercano bosque.
Lo extraño de esta historia, es que en esa
montaña jamás se habían avistado conejos
blancos. De vez en cuando, se podían ver liebres
silvestres, eso era normal; pero, un conejo
blanco, eso era anormal, porque, hasta este día,
nadie ha visto un conejo blanco alrededor de
esas magicas montañas. Lo peor, o lo mejor, es
que hasta este día, casi nadie me cree la historia
de mi encuentro, con el conejo blanco.
Néstor Vinicio Alvarado

